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sábado, 8 de febrero de 2014


 El juego de los sentimientos


Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas?. La Intriga levantó la ceja intrigada, y la Curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: ¿A las escondidas?. ¿Cómo es eso?.


by David Revoy




Es un juego, explicó la Locura, en que yo me tapo la cara y comienzo a  contar  desde  uno  hasta  un  millón.  Mientras  tanto  ustedes  se 
esconden  y  cuando  yo  haya  terminado  de  contar, el  primero  de ustedes   que   yo   encuentre   ocupará   entonces   mi   lugar   para
continuar  así  el  juego.





El Entusiasmo bailó secundado de la Euforiala Alegría dio tantos saltos que terminó por 
convencer a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la hallaban.


Uno, dos, tres ... comenzó a contar la Locura.

La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino.

La Fe subió al cuelo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.


                                                                          
by Al Hogue


La Generosidad casi no alcanzaba a
esconderse, cada sitio que hallaba le
parecía  maravilloso  para  alguno  de 
sus  amigos: que  si  el lago cristalino, 
ideal para  la Belleza;  que si el vuelo 
de  la   mariposa,  lo   mejor   para   la Voluptuosidad; que si una rendija de
un árbol, ideal para la Timidez; que si 
la ráfaga  del  viento,  magnífico  para
la  Libertad.  Así  que  terminó  por 
ocultarse en un rayito de sol.




El Egoísmo encontró un sitio muy bueno desde un principio, ventilado, cómodo ... pero sólo
para él.

La Mentira se escondió en el fondo de los océanos, mientras la Realidad se escondió detrás del arco iris y la Pasión y el Deseo dentro de los volcanes.

El Olvido... se me olvidó donde se escondió, pero eso no es lo importante. Cuando la Locura contaba 999999, el Amor no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.

Un millón... contó la Locura y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la Pereza, a tres pasos de una piedra.

Después se escucho a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre la Teología; y a la Pasión y el Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo.

Al Egoísmo no tuvo ni qué buscarlo, solito salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza, y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir de qué lado esconderse.

Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris ...(mentira!, si ella estaba en el fondo del océano) y hasta el Olvido, que ya había olvidado que estaban jugando a las escondidas.



by Mictones



Pero... el Amor no aparecía por ningún sitio.


La Locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas... y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó: las espinas habían herido los ojos del Amor. La Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.





Desde entonces; desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la Tierra, el AMOR es ciego y la LOCURA siempre lo acompaña.

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